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domingo, octubre 31, 2010

Concierto a mano armada

Pensaba que mi asombro ante la mala educación del personal en los actos culturales que requieren de silencio (por respeto, por permitir la concentración del espectador, por no molestar al artista...) había alcanzado cotas insuperables pero, ¡oh! ¡¡craso error!!, siempre hay espacio para la sorpresa cuando de comportamientos humanos se trata. Asisto esta pasada noche a una de las actividades del Festival Periferias de Huesca (envidiable evento anual que alcanza este año su undécima edición) y durante la actuación del grupo madrileño Dead Capo (junto a Manolo Campos del grupo Rosvita) en el particular homenaje al grupo alemán Neu! se produce la siguiente escena:

Sentado en segunda fila la imagen del escenario me llega sin ninguna perturbación visual ni sonora. Pasados unos quince o veinte minutos de la actuación tres chicas de edades veinteañeras se sitúan justo en los asientos delanteros. A la perturbación visual (asumible) se suma una notable perturbación sonora dado que las tres, que parecen muy animadas y tentadas de levantarse y bailar en cualquier momento, no dejan de hacerse comentarios la una a la otra, la otra a la una y la una a la de más allá a un volumen considerable. En algunos momentos de entre la intensa masa sonora de la música surge un sonido como de carraca. Trato de localizar en el set de percusión de Javier Gallego alguna pero no logro visualizarla. Pasados otros diez o quince minutos aparece otro grupo de cuatro jóvenes, tres chicos y una chica, que se suman a las otras tres. De pronto asisto admirado a un baile de cabezas que se inclinan y giran las unas hacia las otras para poder comunicarse de forma permanente opiniones, comentarios y algún beso que otro (en el caso de un chico y una chica del grupo de recién llegados) sin interrupción alguna, sin ni siquiera detenerse a escuchar al menos por unos segundos nada de lo que pasa en el escenario. Y, por cierto, ¿dónde esta la jodida carraca?

Termina la actuación, se encienden los focos y contemplo estupefacto el origen de tan peculiar sonido. Una de las chicas del grupo lleva una metralleta de juguete, de plástico, y su sonido de imitación de una ráfaga de disparos es el que a mí me recordaba a una carraca. Durante la actuación de Dead Capo (y Manolo) ella ha ejecutado su propia obra percusiva, interpretando a mano armada un concierto paralelo al que los espectadores habíamos acudido a escuchar.

¿Por qué habían ido al concierto? No era gratuito, el recinto invitaba más al recogimiento que a la excitación festiva a la que ellos parecían aspirar (el Auditorio del Centro Cultural "El Matadero" de Huesca no es precisamente un salón de baile o discoteca) y, además, tan sólo habían estado (no escuchado) una parte de una de las tres actuaciones que formaban parte de la sesión (esta era la segunda de las tres).

Después del concierto los músicos y un servidor nos hemos acercado a un bar próximo. Los únicos clientes eran ellos. En el arsenal además de la metralleta había alguna espada de plástico. ¿La noche de Halloween les había hecho confundir "El matadero" con algún tipo de recinto propicio para la noche del terror? Se han ido antes que nosotros. La última en salir, una chica, se ha girado hacia Javier Gallego (baterista de Dead Capo) y le ha dicho: Nos ha gustado mucho el concierto

martes, octubre 26, 2010

Stefania Tallini - "The Illusionist"


Leo en el libreto del disco que su autora quiere hacer desaparecer los sonidos grises, estridentes, disonantes y fríos para hacerlos reaparecer transformados: diferentes, nuevos, coloridos y más verdaderos. Ese es el juego de ilusionista musical que nos propone la pianista italiana Stefania Tallini en este su sexto proyecto discográfico, primero en solo de piano. Pero, ¿cuáles son esos sonidos primitivos que ella nos muestra transformados? Al fin y al cabo catorce de los quince temas son originales luego no hay, aparentemente, versiones que reformar (y Over the Rainbow no es precisamente fría o estridente). Y, ¿por qué matices tan sombríos? En conversación con la pianista descubro que, en realidad, Stefania purga una etapa vital muy difícil mediante la música y que los grises, estridentes, disonantes y fríos eran calificativos de una situación personal que la música ayuda a transformar. Lo que esta ilusionista del piano ofrece es su propia metamorfosis íntima a través de la música.

Cuando hay verdad detrás de la música, cuando hay carga emocional y esta se vuelca en la creación, difícilmente un proyecto naufraga. Es cierto que la verdad y la emoción no están reñidas con la disonancia pero hay veces, aunque parezca mentira, aunque parezca un truco (el mismo truco que Tallini dice querer evitar en su juego musical), que el estado emocional puede alcanzar un cierto equilibrio armónico y por ello la música no necesitar de roces de tono gris y estridente. Ese estado mágico es tan precario que quizá por eso la música de The Illusionist es colorida pero no colorista. Es decir, hay color; un color cálido, acogedor, de matices introvertidos, nada refulgentes. Brilla su música pero no es un brillo expansivo que avasalle con su optimismo al oyente; al contrario, la transformación personal de Stefania Tallini no va de un extremo al otro sino que encuentra la verdad en el medio. Se percibe pasión pero también contención. Se percibe optimismo pero no se olvida la cara más triste que, además, musicalmente ella confiesa que le atrae.

Habrá quien se moleste (con razón, es probable) porque me haya dejado engatusar por la crítica poética con este disco pero pienso que, en ocasiones, las sensaciones son más precisas que las descripciones técnicas. Si así fuere al lector concernido se le podría explicar que la forma de tocar el piano de Stefania Tallini rebosa formación 'clásica', evidente en la forma de concluir algunas composiciones (por ejemplo Tarantè 2001 o Girasoli) o también en el desarrollo melódico y armónico de temas como Guinga, The Illusionist, el breve, - pero gran ejercicio de estilo - Bachiana o en una de las joyas para mi gusto del disco: Acalanto Carioca. Por fortuna no hay rigidez en su forma de tocar el piano y sí una elegancia nada petulante que además toma del piano de Jazz sus mejores dejes (su admirado Bill Evans ha dejado buen poso en los dedos de la pianista) ajena a excesos románticos, a la melaza que haría difícil la digestión y que ella evita con mucha clase; huyendo, en efecto, de los trucos de cara a la galería. A todo ello se suman apuntes estéticos de su amor por la música brasileña (amor que precedió al jazzístico y potenciado en los últimos años por otro apasionado del Brasil musical y colaborador suyo, el clarinetista Gabriele Mirabassi) que lejos de la tan estereotipada samba proceden de lenguajes más contenidos y melancólicos y que suman con absoluta naturalidad a su Jazz de expresión 'clásica'.

Con espacio para tempos más agitados (como en Choro Cubano, donde incluso hay giros rítmicos y melódicos propios de la música afrocubana; Tarantè 2001, desbocada tarantela para el cierre; o en Ics Dance, construida sobre un ostinato rítmico de una mano izquierda que, en cierto momento, se permite jugar a la par con la derecha - deformación profesional muy valiosa de su formación 'clásica') y para dos brevísimas experimentaciones puramente improvisadas (Indaco y Alobrasil), el tono general de The illusionist es íntimo, personal y profundamente hermoso también en los detalles extramusicales. Los preciosos dibujos de Alessandro Ferraro resguardados en el libreto ilustran a la perfección el vuelo libre de esta música y revalorizan, en tiempos terribles para el formato, el soporte CD.

© Carlos Pérez Cruz (www.elclubdejazz.com)
Publicado originalmente aquí.

domingo, octubre 24, 2010

La rotonda existencial

Tiene razón la alcaldesa de Iruñea - Pamplona (y futura presidenta del gobierno de Navarra), Yolanda Barcina, cuando afirma que Juan Pablo II "dejó una huella imborrable en el siglo XX tanto para creyentes como no creyentes". Para creyentes católicos, seguidores de la iglesia vaticana, lo imagino como la máxima representación en la tierra de su adorada divinidad y voz cualificada en la normatización moral de sus vidas. Para no creyentes (religiosos), entre los que me incluyo, fue la encarnación máxima de una institución que procura incidir de manera decisiva sobre la vida de las personas (no sólo de su feligresía) con una clara vocación de determinación colectiva de la humanidad en contradicción con la libertad a la que como seres humanos deberíamos aspirar. Es, sin duda, una figura relevante la de Juan Pablo II en la historia del siglo XX, un actor no menor de una época de enormes luchas (y guerras) ideológicas por el poder en las que la institución que él representaba no fue inocente.

Escultura de Juan Pablo II instalada en Pamplona

La ciudad polaca de Torun (que formaba con Pamplona una candidatura conjunta para obtener la capitalidad europea en 2016) solicitó la cesión de suelo para instalar en Pamplona una escultura de Juan Pablo II idéntica (ni siquiera es una creación original) a otra expuesta en Torun. El Ayuntamiento que preside Barcina cedió ese espacio público para la instalación de esa réplica que la alcaldesa dijo aceptar "como ciudad abierta que somos". Un argumento que convendría y se podría contrastar en materia religiosa si la figura escultórica para la que se pidiera un espacio público fuera la de, por ejemplo, algún ayatolá.

La imagen de Juan Pablo II se encuentra situada en el centro de una rotonda en la calle del Monte Monjardín. Dos rotondas más allá es bien visible otra imagen católica instalalada en el seminario pamplonés, la de un Cristo elevado sobre un montículo de tierra. Entre medias de ambas se encuentra otra rotonda frente al colegio de las Ursulinas de Pamplona. ¡Qué gran oportunidad para instalar en ella una imagen del ayatolá Jomeni! De ese modo se evitaría el monopolio católico de la calle y se demostraría la "ciudad abierta que somos".

Como conductores podríamos llegar a la rotonda con la imagen de Juan Pablo II y una vez dentro de ella podríamos elegir tomar la salida de la avenida de Juan Pablo II (sí, de la rotonda se puede tomar esa dirección) o bien dirigirnos hacia el ayatolá Jomeini (procuraríamos también denominar con su nombre el tramo de la calle entre rotondas). Dos salidas, dos confesiones religiosas. Una tercera salida, en aras de la pluralidad, podría ser la de la calle del Ateísmo culminada con algún monumento de carácter profano y una cuarta salida debería contar con un control de alcoholemia permanente de la policía foral para conductores nihilistas e incapaces de encontrar respuestas existenciales en la circulación de la rotonda.


Montículo sobre el que se encuentra la imagen de Cristo en el seminario pamplonés.

Visto el regalo de nuestra ciudad hermana en la fallida candidatura cultural y una vez fuera de la carrera por la capitalidad cultural compartida uno se plantea, ¿cuál habría sido la propuesta artística durante el año 2016? ¿Intercambio de imágenes sagradas entre ambas ciudades? ¿Una integral de Kyries? ¿Rock cristiano? ¿Performances de procesiones del Corpus Christi?

miércoles, octubre 20, 2010

El 'Crudo' Gilad Atzmon en el "Club de Jazz"

El saxofonista, clarinetista, filósofo, novelista (y tantas otras cosas) Gilad Atzmon nació en Israel en 1963 aunque reside "exiliado" en Londres. Javier Gallego 'Crudo' visitó el Club de Jazz dentro del programa Carne Cruda (Radio 3 - RNE) junto al cámara de RTVE Francisco Magallón y estuvimos escuchando música de For the ghosts within, el nuevo trabajo de Atzmon junto a Robert Wyatt, la violinista Ros Stephen y varios músicos invitados como los raperos de origen palestino Shadia Mansour y Stormtrap.




Manuel Alexandre, un recuerdo musical

El actor Manuel Alexandre falleció el pasado día 12 de octubre y en la sección musical de Más vale tarde (Radio Vitoria - EiTB) le recordamos a través de la música de algunas de las películas en las que participó y también a través de la sintonía que Lluis Llach firmó para la serie La forja de un rebelde que emitió Televisión Española en 1990. Escuchamos la música de José Nieto para Amanece, que no es poco (de José Luis Cuerda, 1989), de Diego "El Cigala" para ¿Y tú quién eres? (de Antonio Mercero, 2007) y la peculiar versión del grupo madrileño Dead Capo sobre la partitura de Adolfo Waitzman para Atraco a las tres (de José María Forqué, 1962).





domingo, octubre 17, 2010

Lección 'in memoriam'

Tuve la ocasión de trabajar con él en varias ocasiones y murió hace apenas unos días. Creo que es la primera vez que alguien con quien haya compartido más que un encuentro fugaz muere. Dormitaba tras una noche demasiado corta y de mal sueño cuando el teléfono irrumpió en mi duermevela y una voz me informó. No me sorprendió, quizá porque ese estado mental en el que uno todavía no ha amanecido a la consciencia, ese dulce estar entre dos mundos, sólo lo puede quebrar de golpe una noticia que afecte de forma tajante o un ruido agresivo (me cuido de seleccionar los tonos más delicados del teléfono). Además las dos últimas ocasiones en que lo había visto (y hacía ya tiempo desde las anteriores) me pareció que no tenía muy buen aspecto.

Una vez concluyó la conversación telefónica mi memoria fue selectiva y recordó un momento de nuestra convivencia. No fue fácil, en ningún momento de nuestro tiempo juntos fue una relación sencilla ni fluida. Creo que ya desde el momento en que aterricé en el ámbito profesional en el que habríamos de ser parte de un equipo no se sintió cómodo con mi presencia que, por mi edad tan joven, debió de intuir manejable y sumisa. No lo era. Reaccionó mal y me obligó afrontar mi primera gran tensión laboral profesional cuando se quejó de mi comportamiento. Por fortuna la cosa no fue a mayores y la dirección, seguramente conocedora de su carácter, no dio mayor crédito a la queja y no tuvo mayores consecuencias. Por mi parte procuré que nuestra relación, que iba a ser por necesidad intensa durante varios días, fuera buena y cordial. Creo que eso le descolocó y determinó la naturaleza de nuestros encuentros a partir de entonces.

Nunca supe demasiado de él. Trabajaba en algo que detestaba pero buscaba en ello rincones en los que satisfacer sus aficiones. En alguna ocasión me habló de su vida privada, de su intimidad, que se adivinaba complicada y de la que se protegía mediante la ironía. Una ironía inquieta, como si desconfiara de los demás tanto como de sí mismo. Parecía limitarse a sobrevivir, a salir adelante de cualquier manera, renunciando incluso a la ética del buen profesional, adulando a quien no lo merecía sin pudor y con plena conciencia.

Todo vale en la jungla de la pervivencia. Esa fue la gran enseñanza que me transmitió esa noche que mi memoria rescata de inmediato tras colgar el teléfono. Las palabras exactas con las que definió esa máxima me han acompañado desde entonces como ejemplo de aquello que no quiero ser bajo ningún concepto y como muestra del tipo de trabas con las que el rigor o la honestidad se enfrentan a diario. La suya fue una lección importante para mi desarrollo personal y profesional.
Ya sólo por esas palabras, por su agria lección a un joven todavía poco hecho, siento su muerte.

jueves, octubre 14, 2010

Cómo ser músico en España (Guía depresivo-descriptiva)

Ayer ya escribí algo al respecto motivado por la conversación que mantuve con el escritor Antonio Muñoz Molina emitida en el programa Club de Jazz de esta semana. Su opinión de que los proyectos y propuestas musicales deberían surgir de la iniciativa privada y mantenerse ajenos a la administración pública (por razones que se pueden escuchar en la entrevista) me ha despertado la curiosidad y el interés por conocer cómo es la realidad laboral de los músicos en este país y si es posible tal propósito. El resultado de tal indagación es que tal aspiración es plausible pero utópica hoy en España.

Javier Díez Ena, contrabajista del grupo Dead Capo, me ha hecho llegar un documento que detalla las características de la regulación francesa de lo que en Francia denominan los
Intermitentes. Técnicamente un intermitente es aquel que, en el transcurso de un periodo concreto, tiene una sucesión de contratos de duración determinada, por cuenta ajena y con varios empleadores, que se alternan con periodos de inactividad (burocráticamente no hay mejor descripción del oficio de artista). Y para estos intermitentes existe un régimen de cotización y protección social que, a grosso modo, ampara a los profesionales de las Artes ya que se entiende que su realidad es la de una actividad laboral de riego e inestable, fraccionada y precaria. Un estatuto que trata de garantizar los mínimos de supervivencia, derechos y obligaciones, de los artistas. La sola idea de un estatuto de estas características es un sueño (¿inalcanzable?) para los músicos en España.

¿Por qué es un sueño? Para empezar porque ni siquiera el músico es considerado un trabajador
en activo. ¿Qué opciones tiene el músico profesional (no miembro de una orquesta o banda funcionarial y siempre refiriéndome a intérpretes, no a profesionales de la enseñanza musical)?

A) sobrevivir a base de "bolos" pagados en dinero negro.

B) trabajar de cualquier cosa para poder tener un dinero estable y dedicar el resto del tiempo a la música.

C) darse de alta en autónomos.


La opción A) requeriría tener la fortuna de tocar casi todos los días del año de manera que el montante (negro) del dinero le diera a uno para vivir con dignidad. Claro, no se puede aspirar a coger un resfriado (aspiración que puede abrirte las puertas del descanso doméstico si tienes un contrato). Con la opción A) no hay cotización que valga y, por lo tanto, pensión futura. La opción B) es la más habitual. Los hay que trabajan en algo relacionado con la música (como dar clases) o de cualquier cosa (desde enterrador a telefonista pasando por todo oficio imaginable). ¿Y el tiempo para la creación? ¿Para la maduración de los proyectos? ¿Para conseguir que la escena ibérica - e insular - salga del tan criticado
amateurismo? Mucho pedir, claro. La opción C) requeriría tener unos ingresos garantizados para poder asumir los costes que la figura de autónomo suponen. O tienes una herencia detrás o una pareja dispuesta a la manutención pase lo que pase o difícilmente se puede ser autónomo y músico.

¿Hay subvenciones para la música en este país? Sí, claro. Dejando al margen el sustento público de orquestas sinfónicas nacionales, autonómicas y de barrio y de algunas bandas de música municipales y autonómicas (rock, jazz, pop, electrónica... también son música y la hacen músicos) existen puntuales subvenciones para proyectos. Eso significa que tienes que tener un proyecto concreto en marcha y presentarlo a un "concurso" en el que la administración decide a quién otorga la ayuda (con todo lo que de "aleatorio"... sí, bueno, dejémoslo en "aleatorio", tiene esto). Claro, es una ayuda puntual a un proyecto puntual. Pero la música no termina en lo puntual; muere para nacer con otra forma (o sea, otro proyecto, no el que consiguió, en el mejor de los casos, una subvención).


Momento experiencia personal: hace unos días tuve la suerte de tocar con Dead Capo, cuarteto madrileño compuesto por tres realidades B) y una A). La realidad A) exclamó con inmensa alegría un
¡así podré tener algo de dinero! en el momento en que uno de los B) le comunicó que había salido un bolo dentro de un mes. La realidad Capo de la suma de tres Bes (alguna, para más inri, muy precaria) y una A es que el grupo (en mi opinión), uno de los más prometedores hace ya siete u ocho años, uno de los más originales y transgresores del panorama patrio, apenas sale del reducto madrileño y sólo ha grabado un disco hasta la fecha. No es precisamente la idea que uno tiene de un grupo consolidado. Pero las circunstancias no permiten la consolidación.

Y así nace la tan ansiada y admirable iniciativa privada en la música. La que obliga a los grupos a pelear horas y horas por conseguir conciertos, cobrarlos en concepto de taquilla (tanto público viene, a tanto la entrada, tanto te llevarás... si pinchas no es nuestro problema, bastante que te ponemos el escenario) y tratar de atraer al público con una publicidad que nace del (no)presupuesto propio y sin poder acceder a los medios de difusión a los que sí acceden las multinacionales que tienen los medios para ello. Pero claro, ellos tienen a los que hacen la música que quiere el personal mayoritariamente. Será cuestión de ponerse a hacerla igual para que la multinacional te incorpore a su catálogo de clones edulcorados. Porque, ¿para qué sirve una escena rica y diversa?


Por último, y para quien quiera profundizar un poco más en las tripas de lo que hay, dejo el enlace a este manifiesto que redactaron dos de los Capos y
publicado en la revista Rock de Lux* a partir de la hilarante reunión de músicos con el presidente Zapatero en 2004, supuestamente para que conociera de primera mano la realidad de la música en este país.

*hágase click sobre la frase "publicado en la revista Rock de Lux"

miércoles, octubre 13, 2010

La música como iniciativa social según Antonio Muñoz Molina

¿Debe ser la sociedad civil la que proponga en Arte? El pasado sábado tuve la oportunidad de pasar un buen rato conversando con el escritor Antonio Muñoz Molina para la edición de esta semana de Club de Jazz. En el transcurso de la charla le hice ver que los aficionados al Jazz (y otras músicas) echábamos en falta una mayor implicación de las instituciones públicas en el establecimiento de una escena, en iniciativas que permanezcan en el tiempo y no sean tan coyunturales (él había tenido un par de experiencias de programación: en el ayuntamiento de Granada en los ochenta y más recientemente en el Instituto Cervantes de Nueva York). Para mi sorpresa (inicial) defendió que debe ser la sociedad civil (léase la iniciativa empresarial privada) la que desarrolle ese espacio y que es perjudicial que sean las instituciones públicas las que lo hagan.

En su experiencia de principios de los años ochenta cuenta que se vivió la paradoja de que al asumir la administración pública propuestas que habían sido privadas (y beneficiosas económicamente) el "producto" se encareció. Muñoz Molina reflexionaba igualmente sobre las redes clientelares que se generan en España como producto de una administración politizada. ¿Y cómo crear esas propuestas desde el ámbito privado? Con alicientes fiscales e incluso logísticos, dijo el escritor.

Estoy de acuerdo en que la administración pública está muy politizada y que en muchos casos (¿la mayoría?) un puesto de ordeno y mando cultural depende de la filiación idiológica o de los enchufismos y que además, dependiendo de cuál sea la propuesta artística, la dificultad de aceptación de la misma por parte de la administración de turno es mayor o menor (suelen triunfar las propuestas lamidas y relamidas). Pero, ¿existen esos incentivos fiscales y logísticos? No parece que ese sea el camino que están tomando las administraciones. La realidad municipal es que cada vez son mayores las trabas para la apertura de salas con posibilidad de actuaciones en directo (mientras otras se cierran). Y otra pregunta que no es menor: ¿se puede sobrevivir como músico dependiendo de la contratación en salas o proyectos privados?

La realidad hoy en día es que nadie puede vivir en este país de ser exclusivamente músico concertista (por favor, cuando hablo de música hablo de música, no de show business) por lo que las posibilidades de maduración de los proyectos son mínimos ya que estos sólo pueden trabajarse en el tiempo extra que las actividades de sustento (clases en escuelas de música, trabajos varios...) permiten. Así es difícil que la escena musical española no pase de la adolescencia creativa. Y, ¿alguien vigila lo que pagan las salas de concierto? Rara es la ocasión en que un músico puede tocar en ellas con un contrato (¡seguridad social!), se paga en negro. Vale, me doy de alta en autónomos. Si este mes no tengo un "bolo" me sale deficitario el tema (ya que pago en autónomos X al mes fijo). Pero, si se realizara una inspección fiscal y se obligara a garantizar los derechos del músico (trabajador) a las salas de música, ¿podrían estas mantenerse abiertas y ofreciendo conciertos - no música enlatada como muchas terminan haciendo -?

Seguramente si este fuera un país civilizado la situación laboral de los músicos no sería la que es y se podría pensar en prescindir mayoritariamente de lo público a nivel organizativo y monetario pero, ¿somos un país civilizado o en vías de civilización?

No sé qué pensará de todo esto Lolita... en fin, ella sólo quiere lamerme:


martes, octubre 12, 2010

Rescate televisado

Se inicia el rescate de los mineros chilenos atrapados bajo tierra y escucho al presidente chileno Sebastián Piñera hablar ante los medios de comunicación desde la mina. Todavía no se ha consumado el rescate y ya tenemos el espectaculo audiovisual de la política. Palabras huecas y bellísimas que brillan bajo el sol y ante las cámaras y que nada tienen que ver con la única realidad: la de que si los mineros están ahí abajo es porque se permitió que no se cumplieran unas normas de seguridad en el trabajo. La negligencia deviene en espectáculo del que se obtienen beneficios patrióticos y de promoción electoral. Es tal la paradoja que incluso, si algo saliera mal, el presidente podría llegar a derramar unas lágrimas, padecer con los familiares, mostrar su corazoncito.

No se lo pierdan. Va después de la publicidad. Y bajo los focos del sol los rescatadores, los trabajadores conscientes de que millones de personas se fijan en cada uno de sus gestos. Para ellos nos hay posibilidad de negligencia. Un fallo sería su ruina patriótica. Y el presidente se acerca, saluda... por favor, no se detengan, no quiero ser una molestia...

domingo, octubre 10, 2010

'Trainbook'

Una melosa balada pop irrumpe entre el rumor de voces del vagón. Una joven atiende la llamada así anunciada por el teléfono móvil. Durante unos minutos su voz destaca sobre la del resto y, como si de un mantra se tratara, repite una y otra vez: Que no cari... que no cari... que no cari... ¡¡que no cari!! ¿Por qué no, cari? Porque conduces muy rápido y además pones la música a todo volumen. Y encima tu música, que no me gusta. Conocido el motivo recupera la muletilla: Que no cari. Cambia el mantra: Que me voy a chinar... que me voy a chinar. En efecto: pues sí, me he chinado. Cuelga.

Minutos después un hombre de voz gruesa y ronca recibe una llamada telefónica. Es Antonio desde El Escorial. Discuten sobre Zapatero y su supuesto relevo en la próxima candidatura electoral. ¿Salgado? No. ¿Bibiana? No. Va a ser un tío, asegura con esa contundencia de quienes lo saben todo. Recita nombres, sabemos que el 30 de octubre tiene una boda en Bermeo, que su mujer trabaja mañana pero que él está de puente y anima a Antonio para que vaya a hablar con esa mujer ahora que se acaba de divorciar. Y, sobre todo, coño, si vas por Madrid llámame porque él suele estar mucho allí. Nos tomamos un par de botellas de vino y nos damos un homenaje y acabamos pedo...

En el asiento delantero del amigo de Antonio, ese al que hace un huevo que no ve, dos mujeres, madre e hija, rubias, con atuendo oscuro de estética heavy, resoplan molestas por el elevado tono de voz del hombre e incluso se permiten contestar algunos de sus comentarios en voz baja; un reproche pudoroso. La madre se gira una y otra vez para tratar de afear su conducta. Sin resultado. Lo que ella ignora es que, mientras compartía auriculares con su hija viendo una película en un DVD portátil, el teléfono de la menor nos regaló en dos ocasiones consecutivas un contundente y sonoro canto gutural y satánico que no fue respondido.

jueves, octubre 07, 2010

Culo, Barça, Lakers

Todos contentos. Kobe Bryant podrá decir que le tocó el culo a Navarro y Navarro que su Barça ganó a los Lakers (y claro, que Kobe le tocó el culo).

miércoles, octubre 06, 2010

Lurie y López

Esta siendo esta una semana de encuentros radiofónicos intensos. Empezó con una conversación con el baterista Ramón López en el Club de Jazz, ha seguido hoy con la visita que el saxofonista John Lurie ha hecho al Club dentro de Carne Cruda y finalizará, si todo va bien, este próximo fin de semana con un encuentro al que le tengo muchas ganas (literarias, jazzísticas y personales). El por llegar será el broche pero lo ya sido no tiene menos enjundia.

Detrás del nombre tan común de Ramón López se esconde un músico de trayectoria nada frecuente. Desde luego no lo es por estos lares y por eso no los habita (desde mediados de los años ochenta reside en París). Tengo la (creo) buena costumbre de charlar con él en mi programa cada cierto tiempo. Me parece un personaje de una sencillez que rara vez se corresponde con carreras tan soberbias como la suya. Claro que lo es en un ámbito que a casi nadie interesa: el de la música libre improvisada. Así que es difícil que se le suba la fama (que no tiene) a la cabeza a este loco fantástico de las baquetas al que adoro y cuya historia personal me parece un ejemplo de superación y constancia.


Algo más farragosa se adivina la personalidad de John Lurie, el saxofonista que fundara el grupo The Lounge Lizards, fuera actor y compositor en películas de Jim Jarmusch, se inventara al
bluesman Marvin Pontiac, etcétera. Ya hablé largo y tendido de él por aquí con motivo de un reciente artículo de The New Yorker que es, en sí mismo, la sinopsis de una película con ribetes de culebrón. Hoy he tenido oportunidad de recibirlo virtualmente en mi Club de Jazz dentro del programa Carne Cruda y tenido el privilegio de escuchar voces que los oyentes no escuchan (ni oyen). La magia de la radio para mi placer privado y la intuición de que estamos ante un tipo que no se maneja en los parámetros de humildad y sencillez de Ramón López. Todo lo que en Ramón parte de una absoluta pasión desbordante se adivina en Lurie, en cierto modo, arrogante. Aunque eso no reste valor a su arte deja cierto halo de impostura a su alrededor, de performance continua para lograr lo extraordinario. López, el músico de nombre y apellido común, no ha inventado un personaje para ser él mismo.

Con Lurie y con López he pasado parte de esta semana. Con el primero me puedes escuchar en el reproductor bajo estas palabras, con el segundo haciendo click en estas letras (y buscando el programa del 6 de octubre):






martes, octubre 05, 2010

TriEz


Agridulce. Se me viene a la cabeza de primeras este adjetivo mientras paladeo con inmenso placer auditivo el primer encuentro discográfico de los tres nombres que, por distintos motivos, forman (para mí) la delantera del Jazz español en este país: Ramón López por su increíble libertad y gloriosa locura como improvisador gestionada desde el "exilio" parisino; Agustí Fernández como compendio de los lenguajes pianísticos más experimentales del siglo XX (y XXI, claro); Baldo Martínez por haber mostrado otro posible Jazz folclórico en España más allá del Flamenco-Jazz. Evidentemente lo dicho es una pincelada somera y reduccionista de unas trayectorias personales llenas de matices que para los aficionados son un manjar casi inabarcable, siempre enriquecedor. Por fortuna hay cantera haciendo música muy notable pero los tres, que viven en la década de sus cincuenta (Ramón ingresará en ella en agosto del año que viene), están en el momento de sentar cátedra con su música. No por vanos virtuosismos sino por justamente lo contrario: por saber de dónde quitar excesos para quedarse (y quedarnos) con lo fundamental y hacer Música.

Decía agridulce el regusto que me deja este disco no por la música (excelente) sino por el futuro que le adivino a su difusión. Seré breve con mis dolencias dado que merece más hablar de la Música que de sus avatares. El disco fundacional del trío entra en el catálogo de Universal (a través de su filial Emarcy) pero no siempre son las multinacionales las mejores difusoras de sus productos "menores". Por otro lado la música está a tal nivel que el trío es, sin duda, carne de exportación internacional (tal como está ahora la economía España ¡¡¡necesita exportar!!! ¡¡¡¡Que el Arte rebaje nuestro déficit fiscal!!!!) pero me temo que, como siempre, en tierras ibéricas pasará inadvertido fuera de los círculos de la causa. Y ya no lloro más (podría). Hablemos de Música.

Cinco improvisaciones colectivas, dos partituras de Ramón López, una de Baldo Martínez y versiones de Lonely Woman de Ornette Coleman y de Anònim de David Mengual son el material que nos proporciona su paso por el estudio de grabación. Resulta cuando menos curioso que no aparezca la firma de Agustí Fernández (experimentado compositor) pero no resulta relevante, máxime cuando estamos ante un trabajo en el que impera la improvisación y en el que las composiciones, al margen de las versiones, son más bien ambientales y abiertas (casos de Bhimsen Joshi y Spirit of the mbira de Ramón López) o rítmicas (la fragmentaria Locura otoñal de Baldo Martínez). Priman las texturas y los juegos sonoros (con el ya tradicional tratamiento percusivo y arpístico de las cuerdas del piano; también se percuten las del contrabajo) sobre las estructuras y hay tanto espacio para un cierto lirismo intimista - que tan brillante resultara en el Aurora de Agustí con Ramón López y Barry Guy en 2006 - como para un lenguaje más nervioso y obsesivo. En esta última línea se encuentra la Pasión intacta que surge de la libre improvisación colectiva que, sin embargo, tiende por lo general a una mayor contención, a una tentativa más o menos melódica y atonal, especialmente lograda en la bellísima Belle de Jour en la que el piano de Agustí guía melódicamente mientras Baldo responde con un precioso y (muy) cálido sonido del contrabajo. Ramón, que ha hecho la llamada introductoria con los tambores, va construyendo una estructura rítmica con la tabla india (más el apoyo colorista de los platos) que va y viene hasta desvanecerse en un ejercicio de sutileza que impregna esta maravilla.

La experiencia con la música india (y en la India) de Ramón López hace tiempo que enriqueció su sonido (en este disco con homenaje incluido al octogenario cantante Bimshen Joshi) así como su experiencia con la música africana (y en África) con Joachim Kühn y Majid Bekkas (con dos ediciones discográficas y en espera de una tercera ya grabada) que nos ha permitido otro momento mágico en este disco con Spirit of the mbira en el que incorpora la mbira (o kalimba, quizá su más conocida denominación), un instrumento de láminas que se pulsan con los dedos sobre una caja de resonancia que en este caso cuenta con el "arpa" de Agustí como marco sonoro en una primera parte que suena a nana (también Baldo acompaña discretamente dándole sentido armónico a la música) hasta que, de pronto, tras detenerse, se establece un juego rítmico con tres niveles: el de un excitado, percutido y rasgado contrabajo de Baldo y el del piano de Agustí Fernández que percute igualmente con cada vez mayor nervio hasta casi retirarse cuando Baldo toma el arco. El tercer nivel lo trabaja Ramón López sobre los tambores con una insistencia circular aparentemente disociada de sus compañeros.

Hay muchas más aristas y rincones dignos de atención en este primer disco de TriEz pero, por encima de todos ellos, permanece el placer que una escucha exigente (audición activa y atenta) proporciona y en la que resuenan e identifican las identidades de tres músicos díscolos e inconformistas que se han encontrado en un momento muy oportuno de sus carreras.

© Carlos Pérez Cruz
Publicado originalmente aquí.

domingo, octubre 03, 2010

La vida puede ser maravillosa: Bronce


Los centímetros de más de Sancho Lyttle han sido los del crecimiento de una selección siempre luchadora y en este campeonato competitiva. Un bronce de gran mérito; el tercer escalón en el podio de un Mundial de baloncesto como justo premio a una selección que se cruzó en semifinales con el único equipo que juega en otra liga: los Estados Unidos (por cierto, qué diferencia de concepción del juego con sus homólogos masculinos). Gran mérito colectivo, con los referentes de Amaya Valdemoro y de Sancho, y un éxito con eco mediático menor para un logro deportivo mayúsculo. ¡Enhorabuena!

sábado, octubre 02, 2010

La España de "The Wall Street Journal"

Son muchos los puntos para la opinión que se pueden extraer del video informativo sobre España que "The Wall Street Journal" ha colgado en su web. Un informe sobre la situación económica de España conformado por un batiburrillo de datos, opiniones (muy convenientemente elegidas y orientadas) y tópicos folclórico-festivos. Pero si uno obvia la orientación político/económico/ideológica de este medio, su intencionalidad en el contenido y se queda con la imagen que de España se puede llegar a tener en el exterior no es del todo desaprovechable este panfleto. Entre lineas hay mucha tela aprovechable:


Idea inquietante

Conducía mi coche esta mañana por una autovía cuando encontré sobre la calzada el cuerpo devastado de un gato. Pocos metros después otro. Uno y otro, producto del paso de coches y camiones sobre sus cadáveres, habían ido perdiendo volumen hasta terminar por aplanarse de tal modo que, es probable, que en unas horas sea imperceptible su difunta existencia. Miles de animales mueren cada día atropellados en las carreteras. ¿Son estas de asfalto o son cúmulos de cuerpos animales muertos?

viernes, octubre 01, 2010

De imagen

Un plano desde el fondo contrario de la cancha durante el partido España - Francia de Mundial de Baloncesto femenino desvela que las animadoras están preparadas para salir en el siguiente parón vestidas de torero. Es un cliché cada vez que un equipo español juega en cancha foránea.

Un día antes de este partido la agencia de calificación Moody´s rebaja la calificación de la deuda española. No entiendo de qué coño habla Moody´s pero los políticos y los medios dan mucha relevancia a la noticia. Y aunque no entiendo deduzco que la cosa va de imagen; de la confianza que un país merece en el exterior.

Consulto el diccionario y este traduce "Moody" como "de mal humor" o "deprimido", incluso "caprichoso". Es decir, nuestra imagen económica en el exterior depende de unos tipos que trabajan bajo el epígrafe del mal humor, la depresión y el capricho y que nos merecen la mayor de las consideraciones. El país preocupado por adular al monstruo financiero (la imagen impagable de Zapatero con los trajeados jefes de todo esto hace unos días en Nueva York) para no caer en el estado anímico que esconde su fundamento nominal. Mientras en la cancha de Karlovy Vary (República Checa) las animadoras están a punto de salir a bailar vestidas de torero al igual que hicieron en el Mundial masculino en Turquía o al igual que en cualquier partido en Rusia con Red foxes de por medio.

Y yo me pregunto: ¿qué es peor para la imagen y fiabilidad internacional de un país? ¿Que los 'malhumorados' nos rebajen la calificación de la deuda o que seamos un país de toreros a ojos de los demás?

PD: ¡Tremendo! La remontada épica con canasta forzando la prórroga de Amaya Valdemoro es, ya que estamos, una imagen ovarionuda para la promoción emocional de un país. Pero claro, ¿a quién habrá insultado hoy Mourinho? ¿Y Belén?

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