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domingo, agosto 15, 2010

Las múltiples acepciones del concepto "Cultura"

Extracto de artículo "Bous" con censura publicado en la edición de hoy del diario "La Vanguardia", retrato precioso de las actitudes cívicas, éticas y de la transmisión de valores a la infancia a través de las actividades festivas con uso de animales (seres vivos) tradicionales de nuestro país. El artículo se cierra con una extraordinaria muestra de la sobresaliente calidad democrática de los defensores de tan noble divertimento:

(...) "Esto es maravilloso, es tradición, no se puede prohibir", explica Ximo (...). El remolque que contenía al enorme bóvido (...) se abre y la fuerza de una veintena de brazos lo arrastra hasta el esperado embolado. Una pequeña antorcha enciende las dos bolas de fuego sujetas con una estructura metálica a la cornamenta del animal y estalla la locura colectiva.

El toro, desconcertado, cabecea como intentando repeler el fuego que emerge sobre su cabeza y acaba embistiendo uno de los remolques. Retruenan un par de petardos que estallan junto al bóvido. En la calle, decenas de jóvenes huyen despavoridosy buscan refugio. Empieza un juego entre la tradición y el esperpento, con el bou moviéndose entre embravecido y asustado por la avenida Sant Jaume y un par de calles colindantes, y la multitud jugando al gato y al ratón. Sobre el asfalto, pocas ganas de jugarse el tipo y bastantes cubatas. (...)

Poco después, otro joven es volteado entre las astas del animal pero increíblemente se escapa con apenas unas magulladuras, después de que el toro se empotre con una señal viaria que acaba arrancada de cuajo.


Tras media hora de toro embolado, se apaga el fuego. "Estaremos dos horas para encerrarlo, siempre pasa lo mismo", se queja un aficionado. Casi 45 minutos de maniobras infructuosas (...) para lograr conducir hasta el encierro al animal, visiblemente desorientado y esquivo. Un poco antes, el nieto que seguramente acabó con alguna pesadilla de bous abandonó el remolque llorando. "Se ha asustado un poco", justifican los parroquianos.


Para lograr encerrar al toro, la organización decide ensogarlo, atando de nuevo en su cornamenta unas cuerdas. "Se han acabado las fotos, ni una más", advierte uno de los aficionados, puesto a organizador, mirando desafiante hacia el público. Dos turistas rumanos, en Amposta de visita en casa de unos familiares, ignoran el aviso y siguen haciendo fotos con su pequeña cámara digital. "¡Eh, tú! He dicho que ni una foto más", grita uno de los peñistas. "El río está muy cerca", amenaza otro aficionado a la fiesta. No dudan en subir al remolque, al improvisado palco, para requisar las instantáneas. Un par de minutos de nervios y algún achuchón acaban con todas las fotografías borradas.


"Es que aquí estamos hartos de los antitaurinos que vienen de fuera", justifica un aficionado. Al parecer, actúan así porque no quieren que miembros de las asociaciones proteccionistas graben imágenes de correbous donde pueda ponerse en duda que el animal no padece ningún maltrato, como defienden los taurinos. Los recelos acabaron hace algunos años incluso con un fotoperiodista agredido en l'Ampolla.


"El bou no sufre, eso son tonterías, los de fuera no tienen ni idea", razona Ximo, muy molesto ante las críticas y amenazas de prohibición. "Sufre más un perro encerrado en un piso del Eixample", apostilla otro.

2 comentarios:

Jorge dijo...

Me encanta la frase final del perro en el Eixample. Indudablemente, tradición de encender velas atadas a las cabeza de los pekineses que se celebra en el Eixample resulta mucho más dolorosa y traumática que dos antorchas a un toro.

Bueno, no me sorprende estas declaraciones y no me sorprende que parte de esa gente luego se apunte a los grupos de facebook contra la muerte de la mosca-tortuga de Papua.

Recordemos que cuando se trata de lo nuestro, los bárbaros siempre están fuera.

Apatico 2005 dijo...

Me encanta el acoso a quien fotografía simplemente lo que pasa (obviamente no nos gusta salir en la foto mostrando las vergüenzas ajenas). Me encanta el tradicional "Y punto" con el que zanjamos en este país las discusiones... En asuntos taurinos el paquete humano supera al del animal... que tiene cojones.

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