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jueves, enero 29, 2009

Sobre la enseñanza de la improvisación (Fred Frith)

A continuación se puede leer un extracto de la conversación que la revista Oro Molido publicó en su número 23, y que se puede leer íntegra en el pdf que nos ofrece la página PuroJazz de Roberto Barahona, con el músico Fred Frith. Interesantísima reflexión la que Frith nos ofrece sobre no sólo la enseñanza de la improvisación sino sobre cuestiones como la valoración de la música, los sistemas de enseñanza, etcétera. Para leer y reflexionar. He aquí un fragmento:

(...) Luego escribió su tesis de pedagogía de la improvisación y, básicamente, decía que ella encontró muchos problemas en la falta de enseñanza de la improvisación, que sentía que no se le había enseñado a cómo improvisar. Yo estaba fascinado con esto; hablé de ello mucho mientras ella estaba escribiendo el exámen. Y comprendí que como una instrumentista clásica, hay ciertas prácticas que aprendes y una de ellas es cómo engancharse a un diálogo crítico constructivo. Tocas una pieza delante de los compañeros, y tu profesor y la gente te dicen dónde creen ellos que te has equivocado y cómo puedes hacerlo mejor. Todos tienen una partitura, así que ellos tienen esta referencia donde todo el mundo puede ver cómo se “ supone” debe sonar, y entonces pueden señalar deficiencias particulares, de la lectura, interpretación, o de la técnica requerida al realizar un pasaje concreto. Tiene perfecto sentido y es una parte muy importante del aprendizaje de un instrumento a un alto nivel. Por lo tanto, los músicos se acostumbran a la idea que después de tocar en un marco pedagógico, habrá una reacción que les ayudará a entender lo que hacen, reacción basada en una idea más o menos universal de qué es “bueno” o “ aceptable” en un entorno determinado y qué es “ malo” o “ inaceptable”. Y en los dos años de estudio bastante intensivo de la improvisación en Mills, ella estaba esperando que alguien le dijera cómo hacer, decirle qué era bueno y malo, y al no darse ese tipo de reacción, su valoración fue que a ella no se le había “ enseñado” nada. Si ella no aprendió nada es otra cuestión, pero no tenía que haber llegado a ese punto, ¡bastante tuvo sintiéndose defraudada! De modo que si quieres saber cuál es el mayor problema con la enseñanza de la improvisación, ¡quizás se debería empezar justo por ahí! ¿Quién define las reglas? ¿Debería tenerlas? ¿Y qué sucede si las rompes? ¿Hay un sentido aceptado universalmente de qué es “bueno” y “ malo”? ¿Cómo enseñar algo que, al menos nominalmente, no acepta normas? Creo que la enseñanza totalmente eficaz es la que facilita el proceso de enseñanza de las personas por sí mismas. Si tu ego necesita que se te diga, “yo soy la fuente de toda sabiduría, y soy quien te va a decir qué es bueno y malo”, entonces, como mucho, la gente aprenderá cómo ajustarse realmente a tu gusto y, en el peor de los casos, se siente incompetente y poco valorada. ¿Es esa la enseñanza de la improvisación?

viernes, enero 23, 2009

Héroe

Un hombre conduce su coche. De pronto observa cómo un hombre está agrediendo a una mujer con un cuchillo. Alguien trata de detener el ataque pero sólo no puede. Baja corriendo de su coche, coge un objeto de su maletero y con él se defiende mientras retira a la víctima herida. La introduce en el coche en el que espera su mujer y conduce unos metros para alejarle de su agresor. La agredida es atendida posteriormente y queda fuera de peligro gracias a la acción de dos ciudadanos que han puesto en riesgo su integridad por ayudarla. Al día siguiente la prensa se hace eco de la acción y califican el acto de heroico, de héroe al ciudadano por su acción de socorro. Las autoridades proponen la concesión de una medalla al mérito policial (¿?). Transcurre otro día y la prensa vuelve a hablar. Titula La Vanguardia: "Un héroe con el peso del pasado". Descubren que el ciudadano, calificado como héroe, fue denunciado por su anterior pareja por "violencia en el seno familiar" hace dos años. Fue absuelto por el juez. Él se defiende ante los medios: "(...) el juez entendió que todo era mentira y me absolvió".

Ahora cada cual que extraiga sus propias conclusiones.

Los limoneros - Eran Riklis


A propósito de la enésima barbarie Israel vs Palestina no está de más echarle un vistazo a esta película proyectada recientemente en los cines (algunos). Dirigida por el israelí Eran Riklis se convierte en retrato certero de la prepotencia israelí a la vez que da buena muestra de las miserias morales del pueblo palestino.

La historia nos cuenta cómo el ministro de defensa de Israel se instala en una vivienda que limita con un campo de limones propiedad de una mujer árabe viuda (detalle este no menor que nos muestra cómo al dolor por la pérdida se suma la imposibilidad de continuar con libertad su vida privada). El ministro esgrime motivos de seguridad para defender la tala de los árboles de esta mujer que son su único sustento vital. Asistimos a los absurdos y atropellos que en nombre de la seguridad se cometen así como a la vigilancia que Salma (nombre de la mujer) sufre por parte de sus vecinos que velan por la memoria del difunto marido. Vamos, para que esta no vuelva a probar hombre alguno (en este caso el abogado que defiende su causa). Además recibe presiones para no aceptar dinero israelí que prevé una serie de indemnizaciones por la tala de los árboles aunque esto le suponga la ruina total. Ante todo la resistencia. Así esta película encuentra en la metáfora y la poesía la manera de mostrarnos algunas claves del conflicto.

Sin embargo como es costumbre la ficción no es que sea superada por la realidad, es que forma parte de ella. Así podemos leer como además de los muertos y heridos que ha dejado la masacre de las pasadas semanas en Gaza los soldados israelíes dedicaron parte de su metralla a matar animales y destrozar cosechas. Así como que muchos palestinos considerados colaboradores de Israel fueron asesinados por sus compatriotas. Y así la realidad sigue suministrando guiones al cine por obra y gracia de la estupidez humana.

jueves, enero 22, 2009

Exclusiva Obama

Según nota de nuestro especialista en gases políticos desplazado a Washington DC el presidente Barack Obama ha emitido su primer gas presidencial. Informadores próximos al despacho anal le han confirmado que el gas emanado de las posaderas del PRIMER PRESIDENTE NEGRO de la historia de los Estados Unidos de América es, en comparación con los de su predecesor en el cargo, cálido y un poco dulzón.

miércoles, enero 21, 2009

Luna de Lobos - Julio Llamazares


Cuando la noche lo envuelve todo, permanente e indefinidamente, empapando la tierra y el cielo, anegando el corazón y el tiempo y la memoria, sólo el instinto puede descubrir los caminos, atravesar las sombras y nombrarlas, descifrar los lenguajes del olor y del sonido.

Este es un breve fragmento de la novela Luna de Lobos publicada en 1985 por el leonés Julio Llamazares. Relato contado en primera persona por Ángel Suárez Reyero, soldado republicano que junto a varios compañeros sobrevive en las montañas asturleonesas tras la caída del frente asturiano en 1937 durante la Guerra Civil Española. Llamazares te atraviesa con una narrativa en la que abunda la descripción de la naturaleza, de las montañas y valles en los que resisten de manera clandestina; la naturaleza con toda su belleza y crueldad se confunde por momentos con el alma de unos seres humanos obligados a elegir entre la huida o la espera clandestina, entre la muerte o la muerte en vida. Desgarradora y bellísima, un documento tremendo sobre la soledad, la dignidad, las condiciones extremas de la vida y la brutalidad y absurdo del odio humano.

lunes, enero 19, 2009

Mina Agossi - "Simple Things?"


Según Mina Agossi, el saxofonista Archie Shepp, con quien ella colabora habitualmente, considera que Blues y Jazz comparten el mismo espíritu, son expresión libre e improvisación. Sin embargo la diferencia entre ambos es que el Blues es lamento mientras es el Jazz es revolución. Conclusión (esta es mía, no sé si también la de Archie): el Jazz vocal está lleno de impostores/as que dicen cantar Jazz. La industria discográfica (productoras, representantes...) trata de colar cada año a la enésima "gran diva" o "dama" del género (en masculino la cosa está llena de crooners) y, por supuesto, muchos festivales, auditorios, medios de comunicación... les ponen alfombra roja. Resultado: la revolución (Jazz) debería serlo en este caso de espectadores encabronados por la estafa y el lamento (Blues) de quienes todavía tenemos un poco de respeto por el sentido de la palabra Jazz (que no es, per se, el de una cantante pop acompañada de piano o guitarra, contrabajo y batería).

Por fortuna el monopolio que las discográficas (y medios de comunicación convencionales) tenían hasta hace cuatro días para decidir qué debíamos escuchar los oyentes (los que oyen y los que escuchan) ya no es tal aunque, como gigantes heridos (ergo no muertos), todavía luchen por mantener su estatus tradicional. Esos resquicios ganados en la batalla de la red son los que nos pueden demostrar, por ejemplo, que el Jazz vocal sigue existiendo aunque no lo parezca. Porque si nos atenemos a lo que se edita en las majors deberíamos haber certificado ya su muerte. Y no. Todavía hay esperanza y revolucionarios (para los tiempos que corren).

Mina Agossi es una cantante de Jazz. Lo es porque se expresa musicalmente con enorme libertad creativa y porque improvisa (¡¡¡una cantante de Jazz que improvisa!!! Guauuuu. ¡¡¡¡Dediquen a esto un titular de portada a cinco columnas!!!!). Improvisa sí, aunque quizá su principal virtud no es que sepa hacerlo sino la libertad con la que se plantea la música. Esto resultaría evidente para el cazador de versiones en las que ella realiza de Pink Floyd (Money), Jimi Hendrix (1983) o del Aquellos Ojos Verdes de Nilo Menéndez y Adolfo Utrera. Porque una cosa es lo que entendemos por lo general del concepto "hacer versión" y otra lo que Mina Agossi hace. Mina somete lo ajeno a un tratamiento estético completo y sustituye la piel del original por la suya propia. Su voz tiene tal sentido de la teatralidad que uno es capaz de imaginársela sobre el escenario con una mezcla de coquetería y autoridad irresistibles. Lo suyo no es Jazz por definición estética, sino por espíritu. Hace libre a la música, deja que fluya y se retuerza, la exprime con una capacidad dramática que evidencia su pasado como estudiante de teatro. O simplemente evidencia su completa falta de prejuicios y complejos que hacen de su forma de cantar algo lleno de vida, en continua transformación, lejos de los estereotipos museísticos que, como mucho, pueden aspirar a ser moda pasajera, jarrones decorativos en el museo de historia del Jazz.

Mina Agossi entiende a la perfección que conocer la tradición de esta música no significa recrearla hasta la extenuación; los clásicos lo son porque supieron encontrar su propia expresión musical y esta estuvo determinada por las circunstancias de su vida. Y su vida es otra luego su música también. De lo contrario la revolución se convierte en cliché. Y ella tiene descaro suficiente para haber hecho también versiones de estándares como Caravan o Well you needn´t inimaginables para la ortodoxia* del Jazz pero plenamente coherentes con una forma de hacer que tuvo la suerte de empezar tarde, a los veinte años. Los suficientes para que los celosos guardianes de la ortopédica recreación del Jazz no hayan tenido tiempo de coserle el cerebro a dogmas.

*ortodoxia del Jazz: Atención, pregunta: ¿no debería ser la ortodoxia del Jazz la más purita de las heterodoxias?

© Carlos Pérez Cruz

Comentario publicado originalmente aquí.


viernes, enero 09, 2009

Historia del Jazz (una historia de degeneración)

Hace unos años recibí un correo electrónico de una estudiante universitaria que me planteaba lo siguiente:

(...) estoy haciendo un trabajo universitario sobre la evolución del jazz desde los 90, y el problema es que no tengo ni idea de donde encontrar historia sobre esto, toda la documentación que tengo se queda en los años 80 y después nadie profundiza o qué? (...) es para un asignatura de Música de la carrera de Historia del arte estoy en tercero.


Bien, como le respondí obviamente es muy difícil encontrar literatura sobre una etapa tan reciente. Que se necesita una perspectiva histórica que el tiempo todavía no había ofrecido, ¿o qué?. No se lo dije pero para alguien que estudia "Historia del Arte" esto debería ser algo obvio, ¿o qué?. A pesar de todo me ofrecí a prestarle ayuda. Su respuesta fue la siguiente:

Gracias por contestar, la verdad es que no sé de donde sacar información, por lo que he podido encontrar de momento, la evolución ha degenerado en el rap, bebop, revival soul y funk... o eso dicen...

¡Ay, el lenguaje y las malas pasadas! ¿O quizás no? ¿"La evolución ha degenerado"? Puedo entender que el Rap tenga una consideración artística menor que el Jazz (discutible, no obstante) al igual que el "revival soul" (¡demonios! ¿qué coño es eso?). Pero que la evolución del Jazz desde los noventa haya "degenerado" en el "bebop"... en fin, eso si que es una degeneración de órdago... ¡pero histórico! La historia ha involucionado unas cuantas décadas. A no ser que el Jazz evolucione desde los noventa del pasado siglo hacia un "revival bebop" en la próxima década de los cuarenta del siglo en curso (lógica celebración entonces del centenario de esta estética del Jazz). Pobre Charlie Parker. No sabía que su existencia estaba todavía por llegar un siglo después. Y añade la peticionaria:

No sé ni como plantear el trabajo la verdad, muchas gracias por tu interés si se te ocurre algo, o encuentras algo en internet, enviame la dirección, el trabajo lo entrego el Lunes.

Lo entrego el lunes, dijo. El correo se recibió un viernes. Es decir, toda una futura experta en Historia del Arte pretendía hacer un estudio "histórico" en un par de días. Sin problemas, dado el conocimiento de la Historia del Jazz que había demostrado. "Si encuentras algo en internet". Sin duda la herramienta más efectiva y precisa que se pueda encontrar para documentarse hoy en materia de historia.

Como regalo para quien haya llegado hasta aquí leyendo este profuso texto un vídeo (encontrado naturalmente en internet) de una mujer que sonará la semana que viene en el "Club de Jazz" de servidor. La señora Mina Agossi haciendo versión del
Voodoo Child de Jimi Hendrix:

martes, enero 06, 2009

Telepredicción

Hace unos días alguien mostraba su asombro porque no dedicara mi tiempo a ver la televisión. Ver, la veo. Ahora mismo está frente a mí, pero bien apagada (desconectada incluso de la red eléctrica para evitar el gasto del pilotito en rojo). Para ser sincero también la enciendo (de vez en cuando) pero su uso se limita a contadas ocasiones en que veo un DVD de una serie (se acabaron Los Soprano, y bien que lo siento) o película (la última La Eternidad y un Día de Theo Angelopoulos) o bien un partido de baloncesto. Rara vez para algo más.

La persona que se asombraba por mi anorexia televisiva se sorprendía de que no conociera las secciones del concurso Pasapalabra. Sé de su existencia (difícil es no ser consciente de qué eructa la tele) pero de ahí a que me interese verlo va un trecho enorme. El trecho de la libertad personal para caminar por la vida lo más próximo a lo que a uno le plazca y no por la senda de lo supuesto como normal e incluso razonable. Al fin y al cabo la televisión (como aparato y como medio) no es sino una más de las posibilidades que el ser humano se ofrece a sí mismo. Lo anormal es que parezca ser LA posibilidad. Me interesan demasiadas cosas como para verme en la necesidad de ocupar (que no actuar sobre) mi tiempo libre (¿ergo el otro es esclavo?) con un programa de televisión si este no me atrae.

Hoy, durante apenas unos segundos (quizá un minuto o dos, a lo sumo), he encendido el aparato. En el primer canal de nuestra televisión pública (nuestra y pública, ¡alerta roja!) emitían España Directo. En el tiempo que he ocupado a contemplar la pantalla la gran noticia que se relataba (con su correspondiente titular impreso en pantalla) no era tal. Si entendemos como noticia un suceso acaecido o que acaece. La noticia que ocupaba minutos de programación era que el próximo viernes podía nevar en Sevilla. Que hace cincuentaynosecuantos años que no sucede y que el santo (perdón, así llamo yo al INM) predecía que así podía suceder con una probabilidad estimada de un 50% (¡¡fantástico, sólo horas después el santo ya anuncia que va a ser que no!! Probabilidad ahora de intervalos nubosos). A esa predicción tan fascinante le han seguido las declaraciones de ciudadanos sobresaltados con tamaña información. Ozú mi alma, no me digas.

Recuerdo cómo en un programa de El Follonero en La Sexta (otra de esas veces que encendí el aparatito) parodiaban los métodos de otro programa, de Tele5 en este caso, que viene a llamarse Está Pasando para crear noticias (digo crear, no relatar). El reportero (del falso Está Pasando) interrogaba a algunos ciudadanos: ¿Qué está pasando? Nada, era la respuesta mayoritaria de los viandantes que reaccionaban mirando a su alrededor por si acaso pasaba algo. Que no pasara nada era la gran noticia del falso Está Pasando. Pues eso, que hoy en La 1 no pasaba nada. Y de ahí la noticia.

Iñaki Sandoval - "Usaquén"


Una frase del poeta griego Píndaro (cuyo nacimiento se fecha en torno al 518 antes de Cristo) preside el austero libreto de este Usaquén de Iñaki Sandoval: Aquello que es bello lo es por necesidad. Dice Iñaki que con esa frase se evita explicar en texto la música; la música habla por sí misma, si hubiera de hacerlo con palabras es que quizá algo falla, piensa. Sea por la razón que fuere Iñaki nos ha evitado el suplicio de leer el tradicional texto elogioso de la pluma por encargo (que además en muchos casos deviene en un ejercicio lírico del autor) o la también usual semblanza formativa y profesional que tiene tendencia al relleno (como un día me crucé con X por la calle X forma parte de mi biografía).

Que Iñaki Sandoval haya ahorrado palabras no es óbice para que con una frase ajena nos esté dando ya unas cuantas pistas del contenido musical de Usaquén. La frase del poeta griego incide en un concepto fundamental en el sentido creativo de Sandoval, la belleza. La búsqueda de la belleza es el objetivo último que persigue todo creador, confiesa el pianista en una conversación con servidor. Pero semejante afirmación me genera dudas: ¿qué entendemos por belleza? Es probable que para muchos la belleza esté ligada a aquello que calificamos hermoso, agradable a los sentidos. Y, sin embargo, en muchas ocasiones la belleza que infunde en nosotros deleite espiritual (léase definición de "Belleza" de la RAE) y que nos hace amar el Arte poco o nada tiene que ver con una concepción de la belleza estética comúnmente aceptada. Grandes obras de la historia del Arte (y de la Música) están lejos de ser aceptadas por la mayoría como bellas o hermosas y sin embargo producen en muchos ese deleite espiritual y despiertan amor (adicción incluso). La belleza no es siempre cómoda a los oídos o agradable a la vista.

Dicho lo cual, y para no caer en el defecto del plumilla por encargo, la belleza en este Usaquén puede ser asumida por quienes la conciben amable y también por quienes son alérgicos al azúcar. No hay azúcar pero sí intimismo y lírica musical en este segundo proyecto discográfico del pianista navarro tras su debut con Sausolito (2005 - Ayva Music) de la mano de una de las rítmicas de Tete Montoliu, la de Horacio Fumero (contrabajo) y Peer Wyboris (batería). Fallecido el alemán (a quien está dedicado el disco) Sandoval renueva el trío con la incorporación de David Xirgu. Así son tres generaciones, tres décadas, las que se reúnen en torno a las composiciones de Sandoval (a excepción de un par de temas de Fumero y uno con firma de los tres). Y el resultado es un buen trabajo de composición, de compenetración y de calidad (y calidez) musical que muestra un rigor y una seriedad dignas de atención. Cada detalle está mimado y, sin embargo, no cerrado. La música fluye con una naturalidad despreocupada, como si fuera de paseo con las manos a la espalda y la mirada distraída en el paisaje. Simplemente (¿?) deja surgir el bagaje de los tres que, de veras, parecen uno. Y asoma la formación clásica de Sandoval que construye un idioma musical que suena propio, en el que los lenguajes no delimitan territorios fronterizos sino que forman con naturalidad parte del mismo.

Tiene Iñaki Sandoval sensibilidad y talento. Da la sensación de que sabe moverse con cautela, que conoce el riesgo de tomar decisiones de manera compulsiva y que permite que las ideas se tomen su tiempo y acepten sus circunstancias. Y eso no abunda en esta época en la que los invernaderos permiten obtener género pero a costa de corromper su ritmo natural. Y la verdadera música (como el verdadero Arte) necesita tiempo y espacio. La de Iñaki Sandoval suena de verdad. Ahora en trío pero, ¿algún día a solo? Espero que sí porque cuando lo apunta promete. Pero si Píndaro tiene razón eso sólo sucederá si llega por necesidad. Sin ella el Arte es de cartón piedra.

© Carlos Pérez Cruz

Comentario publicado originalmente aquí.


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